La aporofobia y la victimización constituyen un elemento central en la comprensión
de la vida de las personas en situación de sinhogarismo. Las mujeres se sienten más discriminadas por afrontar situaciones de exclusión social. El 22.1% algunas veces, el 18.5% muchas veces y el 11.3% constantemente. Este último dato es especialmente relevante si se considera que la proporción de hombres que sienten discriminación de manera constante no llega al 5%.

Es más frecuente que las mujeres señalen haber sufrido algún delito, tanto antes como después del confinamiento. Destaca que casi un 13% de mujeres afirman haber sido víctimas de una agresión sexual antes de la pandemia. Una vez iniciado el confinamiento, esta realidad afectó al 2.7% de las mujeres participantes.

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En enero ya, como no había tenido suficiente pues… me violó. Es que…me acostumbré. Fueron, diez años de maltrato (…). Es
que no podía con mi alma, me di cuenta
en aquel momento en el que, aunque yo
intentara rehacer mi vida y el supuestamente
rehiciera la suya con otra pareja… siempre
iba a tenerme a mí como un juguete y …
permitiéndole todo lo que había permitido antes, claro.
(Rosana. HV-22).

La violencia de género que se encuentra instalada en las situaciones de sinhogarismo más grave y alcanza tal complejidad, que en muchas ocasiones excede la capacidad de los recursos especializados para tratar la misma. Debemos plantear enfoques de trabajo más integrados donde el conjunto de las dimensiones de la exclusión sea tenido en cuenta.