Esta investigación profundiza en un aspecto escasamente abordado en el sinhogarismo y la exclusión residencial como es la espiritualidad. Entre el 50% y 60% de las personas en situación de sinhogarismo y exclusión residencial son personas con una elevada necesidad de apoyarse en esta dimensión para poder afrontar las dificultades a las que se enfrentan. La espiritualidad se entiende en la mayoría de los casos vinculada
a la religión, pero no unicamente. Se entrevén diferentes formas de entenderla y conectar con los diferentes aspectos que la materializan. Esta se suele concretar, básicamente, en la búsqueda de consuelo, fortaleza y armonía interior.

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Yo pienso que todos los seres humanos deberíamos tener una parte espiritual porque no todo en la vida es material. De hecho, el día que nos vayamos de este plano no nos llevamos nada, si acaso, la ropa que nos ponen, y ni siquiera tienes tú el poder de escogerla.
(Eduardo. HV-1.6).

Específicamente, las mujeres, las personas de entre 36 y 50 años y las personas de origen africano o latinoamericano son significativamente más espirituales.

Los datos obtenidos indican la necesidad de integrar de forma habitual en los procesos de acompañamiento a las personas en situación de sinhogarismo y exclusión residencial el trabajo en esta dimensión. Una laicidad mal entendida puede estar ignorando las necesidades de muchas personas en contemplar la espiritualidad como una dimensión de los procesos de intervención social.